Desde la aparición del primer dispositivo computarizado la humanidad empezó ha encaminarse en una serie de avances tecnológicos que sorprenden cada vez más. La sed que tenemos los seres humanos por superarnos día a día y no estancarnos, convierte esta huella en una revolución infinita por ello no sabemos que es lo que la tecnología tiene para ofrecer en el futuro, quizás la robótica sea mucho más avanzada en el mañana.
Pienso que ante la aparición de la primera computadora “El Ábaco”, lo más probable era que las personas no imaginaban que podríamos llegar a tener los avances de hoy en día, no imaginaban que esa enorme computadora que además era muy lenta podría ser el principio de lo que hoy en día es increíble. ¿Quién podría imaginar en ese tiempo la existencia de computadores cada vez más pequeños y rápidos?
Hoy en día la forma de pensar no es diferente, nuestras mentes no se abren a imaginar las cosas grandiosas y avanzadas que nos esperan en el futuro, tal vez todo lo que escuchamos sobre robots humanoides con una función completamente humana, micro computadoras de esta el tamaño de un pulgar y otras cosas que se imagina serán posibles no sean del todo ciertas, pero lo que si es totalmente seguro es que la humanidad jamás dejará de progresar mientras exista la posibilidad de vivir.
Pero… ¿Por qué se da esta sed de la humanidad por tener lo mejor y gozar de lo que jamás pensó imposible? Responderé esta idea con otra cuestión: ¿Qué se prefiere tener; un aparato de gran tamaño que haga difícil su manejo y que además sea muy lento o tener uno que sea más accesible en cuanto a su tamaño, capacidad y rapidez? La respuesta es sencilla; todos queremos lo mejor por lo tanto optaremos por la segunda opción. Todo esto sin tomar en cuenta el propósito de hacer dinero que es la razón de que el mundo gire, la gente busca ofrecer lo mejor y así ganar mejor.
Tú que estas leyendo esto seguramente estás de acuerdo conmigo, esta mentalidad nos ha acompañado desde la aparición del Ábaco, sigue existiendo en la actualidad y seguirá en el pensamiento humano hasta las futuras generaciones que perduren. Nosotros mismos nos subestimamos, pero a la vez quedamos cada más sorprendidos de lo que hemos logrado y vamos logrando cada vez. Llámalo ambición o deseo de superación pero es la realidad y en mi opinión es ambas cosas al mismo tiempo porque la ambición también es el deseo de ser grandes.