Es algo que aparte de ser rápido, es gratis y fácil de usar, que hasta niños lo manejan. Todos sabemos de qué estoy hablando, algo que se volvió parte de nuestra vida y aunque algunos digan que lo usan poco, no sabríamos que hacer sin él. Sí estoy hablando de Facebook, esta red social que apareció de la nada y parece estar adherida a la mayoría de seres humanos.

Durante la semana dialogué con algunas compañeras de mi colegio sobre este nuevo fenómeno. Reuniendo todas las definiciones que me dieron, puedo definir a Facebook  como un medio de comunicación rápido, fácil y gratuito que permite informarnos sobre lo que pasa con nuestro círculo social, trabajos de colegio y demás actividades, una nueva forma de conectarse con el mundo, y que conjuntamente nos proporciona entretenimiento.

Al decir conectarse con el mundo nos referimos a que sin necesidad de acudir a ciertos lugares podemos enterarnos de lo ocurrido, una de las estudiantes definió a Facebook como un periódico personal, lo cual está en lo cierto, no solo conversamos con amigos, comentamos salidas y paseos, sino intercambiamos información acerca de trabajos y obligaciones. La mayoría de las estudiantes entrevistadas concuerdan que  la principal ventaja de esta red social es el hecho de acortar distancias, por la velocidad en transmitir los mensajes, que permite hablar con personas alrededor del mundo. Es decir nos acerca a quienes tenemos lejos.

Cinco de nueve jóvenes entrevistadas, tienen más de 500 amigos en la red social, de los cuales conocen a unos 260 y  apenas con 80 se podría decir que realizan una verdadera interacción social. Y esta afirmación irónicamente refuta la ventaja principal del Facebook, de acortar distancias, no es que nos esté alejando a quienes están a nuestro alrededor, pero tampoco nos une más a ellos y es allí donde nace la famosa frase “Solo Facebook nos hace amigos”. Contrariamente con los adultos que entrevisté, quienes tienen un promedio de 300 amigos, conocen a los 300, e interactúan con 250, y aquellos 50 con los que no se ven, es porque son amigos de la infancia o viven en otras provincias o países. Aquí es donde podemos diferenciar los intereses de los jóvenes de hoy en día, quienes utilizan esta página como herramienta para conocer a más y más personas; mientras que los adultos lo utilizan para reafirmar los lazos de amistad con sus allegados.

La comunicación que esta red social nos provee no es el único interés de las personas que la utilizan, las 12 personas entrevistadas (contando jóvenes y adultos), afirman que Facebook  es una buena forma de socializar, donde publicas aspectos importantes de tu vida y los compartes con los demás, a quienes por alguna u otra circunstancia no ves a menudo. Pero he ahí un inconveniente, la privacidad, todos aceptaron que esa es una de las mayores desventajas de Facebook. No importa las restricciones que tú tengas, y los cuidados que realices en tu perfil, uno no puede controlar quien está viendo lo que publicas, y que propósitos tenga con la información obtenida, que muchas veces es fuente de chismes y tergiversaciones; las cuales pueden traer grandes problemas en la vida real. Hay que cuidar la fina línea entre la información y  el chisme, la sociabilización y el murmullo, puesto que cuando la cruzamos nos estamos exponiendo grandemente.

Teniendo claro como es visto el Facebook, recurro al tiempo que por promedio se suele gastar al día. Según los entrevistados, están conectados en su cuenta más o menos 2 horas y media diarias, tiempo para muchos es exagerado y para otros poco. Cuatro de las nueve estudiantes que entreviste me decían que aunque les encante estar online, en sí el Facebook es una pérdida de tiempo, ya que ellas solo quieren estar un rato y sin darse cuenta ya se les fue toda la tarde, y aunque quieren dejarlo, no aguantan más de una semana. Están conscientes de la dependencia que ha crecido dentro de ellas con respecto a este medio de comunicación, el vicio, hasta se podría decir la adicción, que les impide realizar otros trabajos que tienen gran trascendencia en su cotidiano.

más, ahora forma parte del día a día, invadiendo nuestro mundo. Uniéndonos de quienes están a muchos kilómetros de distancia, y queriéndonos separar de quienes tenemos a metros. Oh! Ironías de la mente humana, de la vida en general. Sea como sea, si empezamos a controlar al Facebook, en vez de que este nos controle, podremos encontrar el equilibrio entre nuestra vida virtual y nuestra vida real. Y así se podría decir que estamos creciendo junto con  la tecnología.