Quizás esta sea una historia más, de otra guerrera que sigue luchando contra esa enfermedad tan cruel para cualquier ser humano, pero esta historia es sobre Carla Andrea Hoyos Suarez, más bien, mi madre.
Esto empezó un 7 de Diciembre de 2012 cuando a mi madre le realizaron una histerectomía. A ella le extirparon el útero, un ovario y 27 ganglios, estuvo cinco días internada, a lo extirpado le realizaron biopsia, y el resultado fue que 3, de los 27 ganglios, tenían metástasis. A raíz de estos resultados mi madre se vio en una lucha por su vida. El doctor comunicó a mi madre que debía hacerse quimioterapia, radioterapia y tal vez braquiterapia, al enterarse ella de todos los procesos por los que tenía que pasar, su reacción fue de mucho susto ya que no sabía que consecuencias podrían traer estos tratamientos a su organismo. La mejor fuente para ella fue el internet, pero para su desgracia cada página que revisaba solo conseguía espantarla más ya que las consecuencias de esta enfermedad eran: perdida del cabello y demás vellos del cuerpo, resequedad en los ojos y la boca, posibles fallas renales, sordera, problemas digestivos. Su primera sesión de quimio fue en el mes de Enero. Cada ciclo era dividido en dos sesiones. La primera aplicación fue la más agresiva ya que le ponían más químicos para poder atacar la enfermedad, la segunda era menos agresiva por ser el complemento del ciclo. En las primeras sesiones, a mi mamá le daba fiebre, dolor de cuerpo, resequedad, escalofríos y mucho cansancio. Mi mamá tuvo que realizarse ocho ciclos de quimioterapia. Lo que más le afecto a ella fue la pérdida de su cabello. En el mes de Marzo comenzó la segunda etapa de su tratamiento que fueron las radioterapias de las cuales recibió 25 sesiones en el lugar afectado, las cuales le causaron quemaduras de primer grado, para nuestra angustia, en un giro inesperado, el doctor indicó que para un mejor resultado se debía aplicar quimioterapia junto con la radioterapia, mi mamá no tolero la aplicación de los dos tratamientos al mismo tiempo y como resultado le causó retorcijones estomacales, vómito y diarrea al punto de no poder soportar ni el agua. En aquel proceso bajó más de 10 libras. Una vez superado las dos etapas, tuvo que realizarse tres sesiones de braquiterapia para radiar el área directamente. Estas sesiones eran ambulatorias y le aplicaban una pepita de platino en el área donde está el cáncer para luego radiarla directamente. Luego de ese tratamiento el doctor, por precaución, recetó que debía hacer dos ciclos más de quimioterapia.
Fue, es y seguirá siendo una tenaz y guerrera que lucha contra la enfermedad, mi madre nunca se deprimió, siempre sonreía, su objetivo era salir de aquel desafío que le había sido impuesto. Ella es un ejemplo a seguir, es persevante, valiente y sobre todo tiene una fe inmensa. MAMI TE AMO.