GESTIÓN SOCIAL

UNA PARTE DE TÍ QUE SEGUIRÁ VIVIENDO ¡DONA TUS ÓRGANOS!

"La donación de órganos es la prueba palpable de que existe vida después de la muerte" Jaqueline Semizo Antelo

Existen temas tabú alrededor del mundo, que se determinan como complejos de acuerdo al nivel cultural de cada sociedad. Uno de estos puntos es el “regalar” vida. La donación de órganos ha despertado a más de una discusión fuerte entre personas de distintas creencias religiosas, distintas vivencias familiares, profesionales, personas pro vida y conservadoras

“Un trasplante es la sustitución de un órgano afectado, por otro que funciona adecuadamente y asegura la continuidad de la vida de un paciente” esta la definición de la médico Diana Almeida Directora del Instituto Nacional de Donación de Órganos y Trasplantes (INDOT),

Cuando un médico determina que una persona necesita un trasplante, el paciente es referido a las unidades acreditadas, quienes envían un formulario para ingreso a la “lista única de espera”. El orden de esta lista dependerá de la compatibilidad entre el donante y el receptor y que esta no es estática. 

Los humanos somos completamente reciclables pueden reutilizarse nuestros huesos, órganos piel, corneas y tejidos que permiten apoyar muchos tratamientos médicos. Cuando alguien muere los órganos ya no le sirven para nada, pero pueden dar vida a otras personas.

La demanda de órganos, a nivel mundial, crece 33 por ciento cada año mientras que la oferta de donantes únicamente en un 2 por ciento, razón por la cual las listas de espera se hacen aun más largas y angustiantes. Esto sumado al vacío legal que impera en la normativa de los países más pobres de África, Asia y América Latina, hacen que esta realidad sea más preocupante en países en vías de desarrollo.

El debate está abierto varias organizaciones han dejado en claro su postura; la Iglesia Católica, la Organización Mundial de la Salud, Organizaciones No Gubernamentales, Medios de Comunicación y principalmente los Gobiernos Nacionales.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que de los 66 mil trasplantes realizados en el mundo, cerca del 10 por ciento serían ilegales con un valor que podría llegar hasta los 120 mil dólares por cada órgano. Nuestro país no es ajeno a esta problemática mundial que crece paulatinamente y se ha convertido en una industria multimillonaria. 

En el Ecuador, la donación de órganos se remonta al año 1994; no obstante, en el 2011 fue reformulado el reglamento a ley orgánica de donación y trasplantes de órganos. El 92% de ecuatorianos que renovaron su cédula de identidad durante el 2012, ratificaron su condición de donantes. Cerca de un millón dijeron sí a la donación.

Y después de escuchar tantos datos, tantas cifras, tantas estadísticas; es hora de preguntarnos ¿Qué significa para nosotros la donación de órganos?, si en verdad, estamos preparados como  personas para romper paradigmas y dada la situación poder dar vida después de nuestra muerte o más fuerte aún, dar vida y complicarnos la vida.

Qué pasa por la cabeza de cada uno de nosotros si en determinado momento tenemos que decidir si un familiar cercano es ¿donante o no?; qué sucedería si nosotros llegáramos a ser los donantes potenciales. Es importante que el ser humano se permita a sí mismo colocar su mente en distintas situaciones difíciles y preguntarse ¿Cómo resolvería dicho momento?, ¿Qué decisión tomaría? y bajo que frenos o parámetros accedería o rechazaría las propuestas que la vida le brinda.

Acaso la enorme cantidad de ecuatorianos que constan como donantes en las cédulas de ciudadanía son conscientes de lo que realmente significa esto. En verdad creo que ni la mitad estaría al 100% convencida de la profundidad que implica despojarse de una parte del tesoro más preciado para uno, su cuerpo. Quizás, muchos de ellos solamente lo han hecho por “aparentar” solidaridad con la sociedad, tal vez otros con la suficiente información y consciencia o, posiblemente por seguir a la prole.

Es hora de que en verdad interioricemos esta situación, todo lo que implica, todo lo que conlleva como entes sociales, al dar la vida desinteresadamente. Muchas de las campañas que promueven a la donación son extremadamente pensadas, con un mensaje profundo y muy bien elaboradas. ¡Pero lo que necesitamos! es generar incentivos para que la población entregue sus órganos con la convicción necesaria de ser parte fundamental de la vida de otro ser humano; ser humano que merece vivir, que merece otra oportunidad, que merece salud y felicidad junto a su familia como nosotros la tenemos y tal vez no la apreciamos.

Y si mañana esa situación se presenta en nuestro destino, ¿Cuál será nuestra respuesta, nuestra reacción y, lo fundamental, nuestra acción?. Dejemos que las bendiciones se derramen en nuestras vidas y que no tengamos que pasar por momentos difíciles, en todo sentido, para llegar a palpar de cerca esta problemática sociocultural; y si tenemos que pasar por algo así, pensemos unos segundos más en la oportunidad que le daremos a otra persona para seguir disfrutando del mundo. ¡Se lo merecen!, ¡todos lo merecemos! Yo se que tenemos la valentía de realizar un acto tan fiel, humilde y verdaderamente humano. Espero y, con el tiempo, la concienciación sea real y la donación sea voluntaria, pensada y profundamente deseada. Les invito a tomar la decisión de ser seres humanos reales.

¡Dejemos esperanzas más que lagrimas!

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Author: Anonym
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