GESTIÓN SOCIAL

Entre la ternura y la cura, una sonrisita deslumbra

Pequeñas almas que sufren, que luchan, que lloran y sienten miedo, que no saben si un doctor con una jeringuilla es su amigo o su enemigo; niños que desde que nacen son internados en un hospital; niñas con una sonrisa inigualable, pero escondida por el dolor, el aburrimiento o simplemente el malestar que los tratamientos les causan; todos los niños que sufren una enfermedad crónica deben afrontar el difícil camino hacia su bienestar y pocas veces tienen la suerte de encontrar un payaso de hospital que los saque de esa oscuridad y los devuelva a su infancia por lo menos unos minutos. 
Afortunadamente, la Risoterapia existe y sus beneficios son reconocidos mundialmente porque ayuda a la disminución de los estados emocionales negativos, aspecto que influye mucho en el estado de salud que un paciente presenta. De hecho, está comprobado científicamente que fortalece el sistema inmunológico, ya que aumenta la actividad de los linfocitos y anticuerpos. Y aunque es difícil de creer, la risa es capaz de reducir hasta la incidencia de enfermedades cardiovasculares. 
Pero, en un hospital donde las personas están muy atareadas, estresadas y hasta agotadas… ¿Quién podrá efectuar la Risoterapia? Aquí es justo donde los Payasos Hospitalarios se preparan para operar. Estos héroes con narices rojas se disfrazan de doctores, dejan entrever un poco de color y de una manera única, cambian el día de los pequeños hospitalizados. 
Cabe  recalcar que esta labor no es un asunto fácil, pues el primer requisito es tener ganas de ayudar, seguido por la fuerza de voluntad ya que estar involucrado en algo tan gracioso y serio a la vez exige mucho tiempo y preparación. 
Las personas que realizan estas actuaciones con empresas sin fines de lucro alrededor del mundo son especialistas en el tema porque cada presentación debe ser personalizada y estrictamente individual, según la organización “Payasospital” de España. 


Los payasos de hospital tienen que cumplir ciertas características para poder realizar un trabajo eficientemente. Y es por esto que es necesario que esta persona tenga control emocional y sepa adaptar su interpretación, su comportamiento y su gestualidad al entorno en el que se encuentra, como es un centro médico, que además debe ser respetado. Entonces, también se torna esencial en su profesión familiarizarse con el vocabulario médico. 


¿Cómo se logra un espectáculo de calidad? Tomando como referencia la organización mencionada, primero los payasos tienen un momento denominado “sin nariz” en el que deben trabajar en coordinación con el personal médico y asistencial para informarse sobre la situación médica y psicológica de los niños presentes en el servicio. Luego, los payasos se colocan la nariz de nuevo y van siempre en pareja, como establece la histórica tradición del clown, debido a que así se facilitan los dúos cómicos que contrastan mucho la situación. Aparte, la constancia y regularidad hacen que el beneficio sea a largo plazo y no se corte de manera negativa.


Por otro lado, el personal sanitario muchas veces considera necesaria de la presencia de payasos en la aplicación de tratamientos dolorosos o donde necesita concentrarse especialmente en los aspectos técnicos de sus acciones porque mientras el niño esta distraído, sin ansiedad, ni estrés es posible realizarlo eficazmente. 


Los padres al ver a sus pequeños dependiendo de químicos y tratamientos, también se alegran con la llegada de los payasitos y es por eso que también responden a los juegos y se quedan más distendidos y tranquilos, devolviendo la sonrisa que su pequeño les brinda esos instantes.


Todos estos maravillosos métodos nos llevan a recordar como Patch Adams revolucionó los hospitales de Estados Unidos con la práctica de la Risoterapia en 1970, pues él se preocupó por algo más importante que la estabilidad física; la emocional, y así es como beneficio ambas. Este es un legado que él nos deja, una misión, más que un deber porque si tenemos la suerte de gozar de una buena salud debemos aprovecharla al máximo y aportar con nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestro amor a estas almitas inocentes que día a día luchan y quieren salir de su enfermedad y que mejor si podemos lograr que ese trayecto tenga unas sonrisitas y ganas de vivir incluidas. 


Un aplauso a todos los payasos hospitalarios del mundo y también es inminente la invitación a todas las naciones que aún no gozan de esta labor para que se implemente en todo lugar con el fin de lograr bienestar y regocijo. 


“Todos moriremos, nuestro trabajo consiste en aumentar la salud, ¿sabes lo que significa? significa mejorar la calidad de vida, no sólo retrasar la muerte.”  Patch Adams. 


Por:
Katherine Priscila Beltrán 
Joven Corresponsal
Cardenal Spellman Femenino
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Author: IBEC - NEWS
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