Nuestro Joven Corresponsal de IBEC, Fabian Demera, estudiante de la Unidad Educativa María de la Merced de Portoviejo, nos trae un interesante artículo llamado, preparándose para la vida.
Una educación debe ser calidad más que cantidad. Japón, uno de los países más tradicionales, se está abriendo al cambio de innovación para las nuevas generaciones, con una visión mucho más comercial, y para impartir conocimientos prácticos acerca de utilidad aplicables a la vida diaria.
Está liderando un plan piloto llamado “cambio valiente”, el mismo que modifica toda nuestra persecución de una educación basada solo en historia, religiones, llena de tareas, por lo que va más halla de esto. Pues busca formar a los niños como ciudadanos del mundo, cambiando la visión nacionalista que forma a los seres para defender intereses económicos individuales. Las nuevas generaciones, se formaran entendiendo y aceptando diferentes culturas, por lo que sus horizontes serán globales.
Este programa comprende una educación, en la que conste de 5 materias esenciales para la vida y su futuro laboral, como son:
![*]()
Aritmética de negocios.- Lo que busca es que los jóvenes cuando terminen la etapa estudiantil, sean unos expertos en este tema.
![*]()
Lectura.- Los estudiantes empiezan leyendo una hoja por día de su libro favorito, y así terminará leyendo 4 libros por mes, cada vez superándose más.
![*]()
Computación-informática.- Lograr un conocimiento más extenso sobre las redes sociales, trabajos online, informática, entre otros.
![*]()
Civismo.- Implementar un civismo de respeto a las leyes, normas, y ética.
![*]()
Idioma, alfabeto, cultura y religión de cuatro culturas.- Con la finalidad de que manejen cuatro idiomas, culturas, religiones diferentes, como son la japonesa, americana, china, árabe, para cada verano poder hacer un intercambio para el fortalecimiento de lo aprendido.
Según los promotores de este programa, este pensum académico logrará la excelencia en los estudiantes, preparándolos para un futuro laboral y empresarial, con enseñanzas prácticas para su vida, y de gran utilidad para este mundo competitivo y de excelencia.
Ante lo expuesto, me permito plantearme una interrogante. ¿Estamos preparados para competir contra ellos?
La realidad es que en la actualidad, muchos jóvenes culminan sus estudios con bajos niveles de redacción y expresión oral. La tecnología ha servido para reducir nuestras tareas a un copiar y pegar un trabajo e imprimirlo. Por otro lado no tenemos hábitos de lectura. La mayoría de los jóvenes tenemos otros intereses, muy alejados de un futuro laboral. Adicionalmente, el sistema educativo, sigue inmerso en las prácticas antiguas, que preparan profesionales con conocimientos en sus áreas, pero no profesionales cuya visión sea más amplia, y les permita más que profesionales, ser personas proactivas ante el diario vivir.