Tatiana Guaraca Joven Corresponsal de IBEC y estudiante de la Unidad Educativa María Auxiliadora de Cuenca nos reporta exclusivamente desde su ciudad acerca del Corpus Christi.
Cuenca, capital de Azuay, conocida como Atenas del Ecuador, llena de cultura, de gente linda y alegre, sus calles adoquinadas junto a sus lindos ríos, esconden varios secretos que fascinan a los turistas que vienen a disfrutar de ella, las celebraciones en Cuenca son diferentes al resto del mundo, aquí por ejemplo el Corpus Christi se recuerda de una manera mágica; sobre todo de ensueño, les invito a conocer un poco más de esta festividad que recientemente comenzó.
El Corpus Christi o Cuerpo de Cristo tiene la finalidad de aumentar la fe de los católicos en la presencia de Jesucristo, ésta empieza desde el día jueves posterior a la Santísima Trinidad, por 60 días antes del Domingo de Resurrección. En nuestra ciudad, el Corpus Christi es celebrado a lo grande. Millones de turistas arriban a la ciudad para disfrutar de la Fiesta del Septenario a través de las diferentes Eucaristías en las más hermosas iglesias de nuestra bella Santa Ana; seguido por la quema de castillos a partir de las diez de la noche; por supuesto todos están invitados a saborear los exquisitos y variados dulces que se preparan justamente para esta ceremonia, conocidos como los clásicos dulces del Corpus Christi, que provocan a grandes y pequeños a comprarlos por sus excentricidades reflejadas en los estantes.
La noche anterior, al visitar el Parque Calderón, centro de la ciudad, para conocer un poco más sobre esta fiesta y su celebración en nuestra querida tierra, se observó a varios cuencanos pero a su vez personas de diferentes lugares del mundo; como una señora que venía de Arizona, contó que había llegado dos días antes junto a su esposo e hijo. Muy entusiasmada comentó que si tuviera la oportunidad de vivir aquí lo hiciera, porque Cuenca realmente es hermosa y sobre todo por sus apetecidas comidas típicas. Aproximadamente a las 22 horas comenzó la quema del castillo más llamativo, el mismo, contenía un cartel donde decía: “Las señoras y señoritas rinden culto al Santísimo”; la sensación de felicidad de ver a todos reunidos por un sólo motivo, llenaba de satisfacción y orgullo el alma de los cuencanos; porque, todo lo que se había preparado salió como debía ser, nadie se fue sin una sonrisa en su rostro.
Muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos a nuestro alrededor, se piensa que lo mejor debe venir de afuera, sin imaginarnos lo maravilloso que podemos encontrar, aquí, en nuestra propia ciudad y país Ecuador. Todo lo que tenemos los ecuatorianos nadie lo tiene, somos afortunados de contar con lugares exóticos a distancias muy cortas que separan una provincia de otra, si nos gusta el frío nos trasladamos inmediatamente a la Sierra, y por el contrario si nos inclinamos más a las zonas cálidas podemos a sólo horas estar en la Costa. Debemos sentirnos orgullosos de los atractivos que tiene nuestra patria, de nuestras raíces, costumbres y tradiciones, sintámonos a gusto con lo nuestro, porque es una suerte tener todo lo que poseemos, y como dice una frase:
“Mucho mejor si es hecho en Ecuador”