Nuestra Joven Corresponsal de IBEC, Maritza Ojeda, estudiante de la Unidad Educativa Nuestra Madre de la Merced, nos trae un interesante artículo acerca de la hora ecuatoriana.
La impuntualidad es denominada como “una plaga” al ser un problema que aqueja a toda la población. Es una costumbre que comúnmente las personas, especialmente los ecuatorianos adoptan como un mal hábito.
La capacidad de poder ser puntuales cuando llegamos a un lugar, quizá no sea valorada como realmente se merece, pero cuando no llegamos a tiempo, se hace evidente nuestra impuntualidad, la cual justificamos con la expresión “es hora ecuatoriana”. Al utilizarla, nos referimos a que la hora previamente programada, se ha de cambiar por la hora en que a nosotros nos parezca asistir, es decir que es una simple excusa a la que los ecuatorianos nos hemos acostumbrado.
La impuntualidad genera consecuencias negativas en cuanto a nuestro desempeño y nuestras relaciones con los demás, porque se rompe el lazo de respeto y consideración que debemos tener con el resto de personas. La falta de compromiso que tenemos ante cualquier actividad o evento que realicemos, es una de las cosas que desafortunadamente nos ha caracterizado como ecuatorianos.
Aunque en otros lugares también se viven ejemplos de impuntualidad, es alarmante encontrarnos con este tipo de situaciones dentro de nuestro país, debido a que genera desconfianza entre los ciudadanos, y más aún en aquellos que sí se esfuerzan por difundir la puntualidad.
Personas extranjeras a pesar de que conocen y experimentan el significado de impuntualidad, se sorprenden al ver que para el ecuatoriano, llegar tarde no tiene la mayor importancia. Bernardo Menéndez, Director del Grupo de Teatro de la Casa de la Cultura, indica que si los ecuatorianos fuéramos más conscientes y valoráramos nuestras capacidades junto con el hábito de ser puntuales, no habría obstáculos para cumplir nuestras metas.
Pese a los esfuerzos por educar a la población sobre la importancia de la puntualidad, no se ha tenido una respuesta significativa a este problema que a simple vista no se advierte, pero se vivencia dentro las instituciones educativas, oficinas, incluso dentro de nuestros hogares, en los cuales se observa claramente como la impuntualidad de los ecuatorianos, puede llegar a dañar sus relaciones interpersonales.
La empresa Maikop realizó un estudio acerca de las desventajas de llegar tarde, a pedido de la Universidad Internacional en el 2001. Los resultados publicados en el diario “La Hora”, dieron a conocer que cada año se desperdician $2.300 millones de dólares como consecuencia de la impuntualidad, sea este del sector público, educativo, entre otros. Hechos lamentables como este, deberían de alentarnos a ser mejores ecuatorianos promoviendo campañas que fomente el valor de la puntualidad.
Distribuir nuestro tiempo para organizarnos en lo que debemos hacer, nos servirá para hacerlo con mayor eficiencia, porque “gestionar el tiempo es gestionar la vida” según lo describe Robin S. Sharma, autor canadiense conocido mundialmente por escribir libros acerca de liderazgo y desarrollo personal.
Comencemos entonces a formarnos correctamente y a procurar que las futuras generaciones apliquen la norma de la puntualidad como parte de nuestra cultura. Es hora de instruir y corregir a las personas, indicándoles que deben de seguir reglas y principios dentro de una sociedad.
Opinión de Bernardo Menéndez, Director del Grupo de Teatro de La Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.
http://www.iglesia.net/index.php/estudios-biblicos/leer/la-plaga-de-la-impuntualidad/
http://elcultural.es/noticias/LETRAS/3193/Robin_Sharma-_Es_un_buen_momento_para_reflexionar_y_mirar_en_nuestro_interior
http://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1000187986/-1/Se_inicia_campa%C3%B1a_de_puntualidad.html