Para el estudio y desarrollo de estas “cosas pequeñas” existe la nanotecnología, la cual es la ciencia que se aplica para controlar y manipular la materia a un nivel de nanoescala (medida extremadamente pequeña), es decir que, comprende el estudio, creación, diseño y aplicación de aparatos a través del control de la materia a esta escala. Además, esta técnica está estrechamente relacionada a la nanociencia, ya que la misma, permitió la comprensión de lo que sucede con estas diminutas medidas.
Richard Feynman, quien ganó el premio Nobel de física en 1965, fue el primero en crear materiales mediante el reordenamiento de átomos y moléculas, por tanto es considerado como el pionero en la nanociencia y la nanotecnología.
La aplicación de esta ciencia ha permitido, desde su descubrimiento, avances tecnológicos que han ayudado a mejorar el estilo de vida de todas las personas. Por lo que, cada vez más países destinan presupuestos más grandes para la investigación de la nanotecnología y así, para la creación de sus productos resultantes.
Durante estos años se han hecho grandes e increíbles descubrimientos, los cuales se han presentado en diferentes disciplinas, pero las más destacadas son: la electrónica; creando computadores, Mp3 y celulares con un procesamiento mucho más rápido, potente y preciso; y la medicina, ayudando al cuidado dental, por ejemplo en el proceso de cicatrización para que este sea menor y mejorando ampliamente la integración ósea de los implantes dentales, además de la creación de detectores para identificar tumores del tamaño de 100 células y protectores solares con la capacidad de absorber casi por completo la radiación solar.
En conclusión, todo lo que nos rodea está compuesto por “cosas pequeñas”, y mediante la nanotecnología podremos desarrollar un estilo de vida mejor, ya no dependiendo de grandes aparatos como macro computadoras, al contrario, tendríamos al alcance de nuestras manos toda la información que necesitemos, por ejemplo, laptops, las cuales con el desarrollo de esta ciencia lograrán tener la capacidad de almacenamiento de enormes y complejas computadoras. De esta manera, podremos confirmar que siempre “Lo bueno viene en frascos pequeños”.
Por: Paula Doménica Astudillo Goyo
Corresponsal
Unidad Educativa Salesiana María Auxiliadora