Su impacto se debe a que es un medio de comunicación muy fácil de manejar y acogedor con el usuario, nos da la facilidad de la comunicación instantánea con cualquier beneficiario de esta red social, en cualquier parte del mundo y nos permite transmitir nuestras ideas y pensamientos a gran escala.
En los últimos años este instrumento de comunicación ha ganado muchos adeptos, influenciados, de cierta manera, por la cultura de las grandes potencias mundiales. Así también, se resalta su utilidad y capacidad como herramienta de ocio y distracción. Pero como cualquier elemento en las redes sociales, al utilizarlo, uno está expuesto a peligros.
Una de las causas que el Facebook atraiga a tantos adolescentes es que permite la comunicación en tiempo real, de manera realmente sencilla; lo que resulta muy útil en una etapa de la vida, en donde prima el deseo de interactuar entre iguales y con el entorno, para desarrollar la personalidad y una imagen propia que nos permita proyectarnos en la sociedad. Es decir, es una manera fácil de manifestar emociones, pensamientos, ideas e incluso creencias, satisfaciendo ese inmenso deseo juvenil de darnos a conocer ante el mundo, de sentir que existimos, al recibir atención del resto de la gente.
Sin duda, Facebook es una excelente herramienta; sin embargo, puede ser considerado un arma de doble filo, que afecta a todos los que lo utilizan sin restricciones, ni control. Algunos adolescentes, en esta etapa de la vida son vulnerables por el poco conocimiento que se tiene del mundo real y de sus peligros.
Por lo que, se hace necesario que se apliquen ciertos estándares de control en las redes sociales y el mismo adolescente permita una orientación y supervisión de su uso, para reducir una buena parte de su riesgo. Entonces, no es motivo de alarma. El Facebook en conclusión, es una herramienta que bien utilizada puede significar una ayuda importante para el desarrollo de nuestras actividades diarias y nuestra vida en sociedad.
Por: Israel Josué Galárraga Lovato
Corresponsal
Unidad Educativa “Jesús de Nazareth”