INTERVIEW

Recordando Cabralidades, Supe Que Facundo Sigue Presente.

Facundo Cabral, el mensajero de la paz, que conmovió y cambio muchas vidas con sus palabras, y regaló más de una sonrisa con su característico sentido del humor, un hombre que definitivamente es digno de ser reconocido.

 

Rodolfo Enrique Cabral, mejor conocido por su nombre artístico Facundo Cabral, era un cantautor, escritor y filósofo argentino. Vestía casi siempre sus jeans gastados, chaqueta de cuero y unas excéntricas gafas de lentes circulares color ámbar con las que acostumbraba presentarse, se ayudaba con un bastón que sostenía el peso de sus 74 años, un hombre luchador, humilde y muy culto, se distinguía por su simpatía con el público y  acompañado por su guitarra llegaba al corazón del público que lo escuchaba.

 

Su historia es increíble, a sus 9 años escapó de casa, buscando al presidente en ese entonces, Juan Domingo Perón, para ayudar a su madre que no tenía trabajo para mantenerlo a él y a sus 7 hermanos. Al llegar a Buenos Aires, en un desfile presidencial en La Plata, logró burlar el cerco policial, y al acercarse al presidente preguntó -¿Hay trabajo?; la primera dama Eva Duarte exclamó "Por fin, alguien que pide trabajo y no limosna", pudiendo así, conseguir un trabajo para su madre.

 

De joven fue un marginado que terminó en prisión, donde conoció a un sacerdote jesuita que le enseño a leer y escribir, lo que le abrió las puertas de la literatura mundial. Conoció la religión por medio de un vagabundo que una vez lo llamó “príncipe”, él se regresó y le respondió “¿Príncipe?” “y como más se le llama al hijo del Rey” viendo hacia el cielo;  en ese preciso momento Facundo conoció a Dios.

 

Se caracterizó por sus composiciones y monólogos, con anécdotas personales y críticas sociales que promovían la autorrealización y el despertar de la conciencia, de quienes tenían la fortuna de escucharlo.

 

La primera canción que compuso fue “Vuele bajo”, pero la que lo llevó a un gran reconocimiento y éxito internacional fue “No soy de aquí, ni soy de allá”, una canción que expresa los pequeños placeres de la vida, y en mi opinión el significado de ser un ciudadano del mundo.

 
En un desafortunado accidente aéreo a sus 40 años perdió a su esposa y a su hija. A unos días de este accidente recibió una llamada de la madre Teresa de Calcuta quien habló con él, diciéndole –“Facundo me siento muy preocupada por ti, ya que al no tener a tu familia no se donde depositarás todo ese amor que llevas dentro, te invito a curar a los enfermos”, y así Facundo siguió cantándole a la vida, y al amor eterno de Dios.

 

­ ¿Cómo un hombre que lo perdió todo, podía seguir cantándole a la vida, al amor y sabiduría de Dios? Y precisamente sus últimas palabras en concierto fueron ya les di las gracias a ustedes; las daré en Quetzaltenango (lugar en el que se presentaría posteriormente), y después que sea lo que Dios quiera, porque Él sabe lo que hace”, murió unos días después en un atentado dirigido al empresario nicaragüense Henry Fariña, en Guatemala, con quien compartía el mismo auto.

 

Facundo nunca morirá, ya que su música y sus enseñanzas sobreviven a los años; permanecerán conmigo toda mi vida, él marcó la persona que soy hoy en día, y siempre que siento que no puedo continuar escuchó su canción de “Hoy es un nuevo día”, y me ayuda a seguir adelante, es imposible expresar todo el agradecimiento que le tengo, ya que él sin saberlo cambio totalmente la visión que tengo de mi camino. Los invitó a conocer o recordar a este personaje, escuchar su música y reflexionar con sus anécdotas, y tal vez, también a ustedes les cambie la vida.

Por: Daniela Villacreces

Corresponsal

Unidad Educativa Atenas School 

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Author: Anonym
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