GESTIÓN SOCIAL

“Catequistas; mensajeros de Dios”

Los catequistas realizan un arduo trabajo en favor de los niños y jóvenes del mundo, que quieren abrirse a recibir a Dios en sus corazones. Todo el esfuerzo que realizan estos catequistas se transforma en satisfacción y recompensa; al ver la alegría contagiante de todos  sus alumnos,  ver que cada día progresan  y también  que sus enseñanzas son puestas en práctica y  no se quedan únicamente en palabras. La vida de estos catequistas corresponde a ser constantes y  estar fortalecidos en Cristo.  Sin los catequistas el proyecto universal de Dios no estaría en progreso, por esta razón siempre debemos estar en gratitud con ellos y reconocer todo el servicio social que hacen en favor del crecimiento espiritual  de jóvenes y niños. Todo esto es lo que realmente enriquece  la vida de estos catequistas; siempre estar  dispuestos a predicar  con el ejemplo y ser verdaderos mensajeros de Dios.
 
Catequistas del Oratorio “María Auxiliadora” de Cuenca
El Oratorio “María Auxiliadora” de Cuenca; dirigido por la Hermana  Sor  Elsey Yánez, es un ejemplo de como los catequistas son una verdadera muestra de ayuda  y amor al prójimo. Todos los  sábados  se brindan la catequesis en el Oratorio, de las 8h00 hasta las 11h00 de la mañana;  los muchachos llegan con mucho entusiasmo para  aprender algo nuevo,  participar en dinámicas grupales y  divertirse en los campeonatos que se realizan con el fin de integrar y acoger a cada miembro del Oratorio. La felicidad de  cada joven se esparce por  todos los rincones de esta Casa Salesiana, los catequistas  enseñan a los chicos a sustentarse en Dios y  confiar  siempre en él cuando tengan dificultades y estar en plenitud con él.
 
Catequista enseñando a sus alumnos la vida de Jesús.
La energía de los jóvenes se puede  sentir en cada receso, cuando los jóvenes salen con sus catequistas a realizar dinámicasy juegos, en ellos aprenden a dejar de lado sus diferencias y concentrase en ser verdaderos  amigos y cristianos,  ser felices y no olvidar el mandamiento de amor que Dios nos da: “Ama  a tu prójimo como a ti mismo y como yo te he amado”;  los catequistas hacen todo lo posible para que la vida de estos niños gire en torno a este mandamiento; por eso en cada momento la Fe de todos estos niños esta fortalecida en la vida que Jesús. Los catequistas ponen su esfuerzo y dedicación en mejorar a sus alumnos, enseñarles un verdadero mensaje de  reflexión y   mostrarles como ser auténticos seguidores de Cristo.
 
Catequistas realizando junto a sus alumnos dinámicas grupales.
En la visita que pude realizar a este Oratorio, hubo un tema el cuál capto mi atención y me llamó a la reflexión: “Ser luz y sal del mundo”; lo que giró en torno a este tema fue realmente conmovedor ; hicieron  una breve relación de  nuestras vidas con la luz y la sal ; “La sal es lo que da sabor a todo, si la sal en insípida pierde su consistencia ;  Dios es como esa sal, con él todo en nuestra vida tiene sabor, pero sin él se torna insípido nuestro existir. La luz somos nosotros, que con nuestro ejemplo podemos iluminar y guiar la vida de otra persona y hacer el bien por alguien que lo necesita”. Si ponemos en práctica esta parábola que Jesús nos enseña, tendremos una vida mejor, donde aprenderemos  a  relacionarnos con las personas y ganar amigos. Estos tipos de reflexiones son las que enseñan los catequistas a sus alumnos cada sábado; pero ellos me manifestaron que en cada catequesis ellos reciben más de lo que dan, al saber que hacen algo bueno por la sociedad y por todos esos muchachos que reciben sus enseñanzas.
Ser un Catequista implica ser una persona llena de sabiduría; para aconsejar y transmitir correctamente un mensaje, amar, comprender, tener experiencia, ser pacientes,  responsables y sobre todo estar abiertos a los demás y a sus necesidades. Si tienes todas estas cualidades puedes unirte a esta labor social; pero no solo puedes ser catequista de un Oratorio, también puedes  ser mensajero de Dios en tu hogar, tu colegio, ir de misiones o serlo  para ti mismo. No olvides que todos estamos llamados a servir a Dios incondicionalmente y a ayudar a los demás para que encuentren paz y reconciliación en sus vidas.
 
Niños del Oratorio realizando un juego grupal junto a su catequista.
Para concluir, la mejor manera de ayudar a los demás es predicando las enseñanzas de Dios,  todos podemos contribuir para ello y sobre todo estar en eterno agradecimiento con todos los catequistasque ayudan a nuestras comunidades; porque han demostrado que ayudar y predicar es la mejor opción si se trata de realizar una labor social por otros. También han demostrado que son verdaderos mensajeros de Dios y que todo lo que hacen es por amor. Nunca debemos olvidar, que sin ellos no conoceríamos a Cristo, los niños no aprendieran a desarrollarse socialmente  y ser  verdaderamente “Luz y sal del mundo”. 

Lorena Delgado Palacios / Servicio Social
“María Auxiliadora” Cuenca.
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Author: IBEC - NEWS
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