En Finlandia los niños empiezan su educación a los 7 años, no invierte mucho en educación (menos del 7% del PIB) y con 608 horas lectivas, no tienen el exceso de tareas para la casa y con un par de exámenes los jóvenes dejan la escuela. La comida y materiales del estudio son gratuitos, la cantidad de alumnos por clase es de 23 y sus clases son mixtas.
Finlandia ocupa el segundo puesto en ciencias, el tercer puesto en lectura y el sexto puesto en matemáticas. Casi no hay escuelas privadas y la educación es totalmente GRATUITA de principio a fin.
Se toman pruebas de lectura, sensibilidad artística, dominio de algún instrumento de comunicación y con promedio de 9, 9½ o 10 reclutan solo al 10% de los estudiantes que quieren ser docentes incluso para ser maestro deben tener maestrías.
La gran pregunta es ¿En América latina que posibilidad tienen las escuelas públicas donde no son de calidad, los profesores no son bien remunerados por sus conocimientos de implementar un sistema educativo como el de Finlandia?
Todo puede darse con una mejor selección de maestros, capacitación de los mismos, escuelas en mejor estado, bibliotecas y que todos aprendamos a aceptar los cambios.
Gobiernos, maestros y alumnos deberían trabajar de la mano para mejorar la educación pública en América latina y así salir de la mediocridad educacional.