Valeria Romero Joven Corresponsal de IBEC, estudiante de la Academia Naval Almirante Illingworth, nos expone a continuación un artículo acerca de la lectura y los adolescentes.
Lectura y los adolescentes en la mayoría de los casos no mantienen una buena relación entre ellos. En verdad, es una etapa distinguida por los cambios fisiológicos, psicológicos, la formación de un crítico propio, despierta la atracción por su entorno y la exploración de modelos para la cimentación de la propia identidad.
Los recursos escritos se vieron afectados en su función informativa y de ocio con la llegada de la nueva tecnología como internet, celulares, computadoras entre otros, este medio tecnológico que nos vemos rodeados actualmente la mayoría de los adolescentes vuelve mucho más difícil que los adolescentes lleven el hábito de leer continuamente.
También muchos adolescentes hacen burla y jerga de la gramática realizando imaginativas expresiones las cuales utilizan en mensajes electrónicos y en su chat.
Es evidente que la lectura en los adolescentes se llegó a convertir en un acto de distracción pero con una atención minoritaria ya que por la extensa gama de posibilidades electrónicas.
Inculcar el acto de lectura se puede catalogar como una tarea difícil y pesada si no se ha tenido el hábito de leer continuamente, pero no es imposible.
A pesar que en los adolescentes se despierta la afición por la lectura más por la contribución e influencia de sus profesores y de sus obligaciones académicas, esta motivación por parte de la docencia es una ayuda fundamental y motivacional para el desarrollo de la lectura en los jóvenes encaminando y presentando a la lectura como una acción agradable, divertida, deleitable y atractiva para los adolescentes y no mostrar a la lectura como un trabajo o tarea de carácter solo informativo y nada interesante si un profesor no presenta a su clase ningún tipo de motivación ni entusiasmo no podría esperar que su clase se presente a la lectura con el entusiasmo que se requiere, también una observación importante es que el acto de leer en los adolescentes no debe imponer.
En la elección adecuada está el verdadero secreto, quizá la tarea más decisiva, en la que padres y educadores deben intervenir. Elegir los mejores libros, los más populares, y sencillos, los que no han perdido interés a lo largo de los años, los que no aburren, los que no pesan, los más originales, los más próximos, los que tratan problemas de la vida real que pueden sucederle a cualquiera… No existen soluciones, lectoras o vitales, válidas para todos; cada adolescente tiene sus propios intereses y la suficiente capacidad crítica para elegir y valorar sus propias lecturas. Sin embargo, es importante no dejar al niño o al adolescente solo ante lo leído, sobre todo cuando hay problemas de comprensión. Crear sistemas de lectura paralelos, discutiendo, comentando, transformando los libros, hace de su lectura una experiencia compartida mucho más enriquecedora para los adolescentes.
Referencias
http://www.google.com.ec/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=4&ved=0CFoQFjAD&url=http%3A%2F%2Fwww.galanet.be%2Fdossier%2Ffichiers%2FC%25F3mo%2520Acercar%2520a%2520los%2520Adolescentes%2520a%2520la%2520Lectura%2520(contribui%25E7%25E3o%2520de%2520AnaW).doc&ei=TrbOT9yKNobqgQfU8YjJCQ&usg=AFQjCNHN2cuNQ5ZGL8qi1-39-Gr4oy6Y8Q&sig2=ylgnGK07zoq_FEv6fs8CwA