Hombres y mujeres son diferentes, no en el sentido ser mejores o peores, cada uno de los géneros es propio, único e individual. Tampoco en el sentido de que la fuerza está en los hombres y la delicadeza y ternura son características femeninas, este es el tipo de discriminación más sutil, pero que igual obliga a cumplir forzadamente roles que no siempre corresponden con nuestro modo de ser.
Estas diferencias socialmente impuestas han dado lugar a ideas discriminadoras que afectan a hombres y mujeres. Por ejemplo, se dice que la mujer es más débil e inferior, y que los hombres son superiores y deben ser siempre fuertes.
Sin embargo, no se puede negar que históricamente las mujeres han llevado la peor parte, y se han visto forzadas a soportar todo tipo de injusticias en todos los ámbitos de su vida.
Aunque se ha avanzado mucho para eliminar esta discriminación, en países en vías de desarrollo como el Ecuador, no se ha logrado romper con los códigos que marcan diferencia, esto se puede apreciar citando solo unos pocos ejemplos, en el campo laboral, donde los hombres ganan más por hacer el mismo trabajo, y donde las mujeres tienen que hacer mérito sus capacidades para ser reconocidas, mientras que el varón recibe un reconocimiento espontáneo. También se puede ver en los medios de comunicación, que generan opinión pública, donde la imagen femenina no puede ser más lamentable y denigrante. En el trabajo del hogar que no es reconocido económica ni socialmente, sino que es visto como una obligación exclusiva de las mujeres; muchas veces cuando se pregunta a las mujeres que realizan las tareas del hogar, responden que ellas “no trabajan”, que paradoja, ellas trabajan más que cualquier ejecutivo. Se comprueba en las crueles estadísticas donde el 60% de las mujeres en el Ecuador ha sido víctima de violencia de género.
Hombres y mujeres somos diferentes, mas no superiores o inferiores, simplemente diferentes, y esa diferencia es lo que nos enriquece. Respeto es el concepto fundamental para conseguir una convivencia que valore nuestros modos de ser únicos.