GESTIÓN SOCIAL

¡Las Heroínas Si Existen!

Una Misión Llena de Sonrisas y Recuerdos Inolvidables

Tuve el honor de conocer un lugar digno de admirar por sus integrantes, gran trabajo y empeño realizado, donde enfrentan los obstáculos con amor y esperanzas sin importar el aspecto de la persona o de su situación económica.

La Fundación Nuestra Señora de La Merced está ubicada en San Rafael al frente de la Academia de Guerra de la Fuerza Terrestre. Esta fundación se centra en el cuidado diario de niños con habilidades especiales.

La fundación recibe niños desde el primer año de edad hasta los 15 años aproximadamente con síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, entre otras patologías. La educación que se ofrece es por niveles, es decir de tipo escolar, en donde aprenden dibujo, letras, números, colores, hasta actividades diarias como comer solos o vestirse solos con el objetivo de que no dependan al 100% de sus padres y puedan tener su autonomía dentro de lo posible.

El costo lo cubre una parte el padre de familia y el resto es ayuda que la fundación consigue por medio de auspicios, venta de trabajos manuales que hacen los niños, eventos, etc; lo crítico es que no existe ayuda del gobierno, lo que implica que la dificultad para obtener el dinero necesario es muy fuerte. Sobresalen por las donaciones que reciben de juguetes, pañales, toallas húmedas y cualquier otro tipo de artículos que puedan ayudar para la higiene de los niños, además de comida y vitaminas.

Su atención es diaria y la ayuda que se ofrece es a base de terapias como: terapia física, de lenguaje, hipoterapia (caballos) e hidroterapia (agua). Existe también el servicio de terapia psicológica tanto para los niños como para sus padres o tutores. Esto está a cargo de personal especializado. A parte del personal rentado, existe voluntariado conformado por señoras que están o estuvieron vinculadas a las fuerzas armadas; ellas están encargadas de ayudar a los niños a dirigir sus terapias y apoyar a los empleados que laboran en la fundación; también los ayudan en su aseo personal, en la atención alimenticia y principalmente, en brindarles el cariño necesario como soporte a las terapias que reciben, en especial a los niños de parálisis cerebral, puesto que ellos expresan sus necesidades y emociones solamente con su mirada, lo que implica, para el personal voluntario, agudeza en la percepción y mucha delicadeza.

Tenemos que analizar lo difícil que es para los padres aceptar a un hijo con esa condición, posteriormente a las terapias, toman la actitud positiva de aceptar a su hijo como una bendición para su familia. Muchos padres esconden a estos niños porque no quieren que la sociedad los reprima por tener un hijo con habilidades especiales. El trabajo de la visitadora social es que sus padres entiendan que este niño o niña necesita de su ayuda, amor y compresión.

Para los niños de parálisis cerebral, se ha observado que la mejor terapia es la hipoterapia, ya que ayuda mucho el sentir la piel del animal y el cariño que éste demuestra al pasearle y al dejarse tocar; esta libertad es fundamental para el desarrollo de ciertas partes de su cerebro que pueden ir reaccionando de mejor manera.

Después de conocer este gran lugar tuve el privilegio de compartir con una excepcional mujer y ex-voluntaria Rosario Narváez quien comentó “Atender a un niño con parálisis es enriquecedor porque tratamos de hacerle sentir que es un ser comprendido, que siente y que quiere; aunque no hable, se siente aceptado. La experiencia con niños de síndrome de down es completamente distinta puesto que son niños muy afectuosos y muy inteligentes”

“Como voluntaria, tuve a un niño Mateito que nació sólo con cartílagos y con una enfermedad que no le permitió que se transformaran sus huesos, muy inteligente y dulce, no tenía ojos ya que no se le formaron, paladar hendido, anemia entre otras patologías. Le gustaba el inglés, le gustaba la música, cantar y bailar pero, por su incapacidad física, a la edad de 11 años tenía el tamaño de un bebe de un año Sus padres siempre se preocuparon porque él se adaptara al mundo y desarrollara sus otros sentidos. No podía caminar por lo que era dependiente, su alimentación era solamente líquida y no controlaba esfínteres por lo tanto usaba pañales. Se le realizaron estudios para mejorar su anemia, en este punto, la fundación tiene la ayuda de pediatras y neurólogos especializados para tratar de mejor manera cada uno de los casos. Definitivamente ha sido el niño que más profundo me llegó y que hasta ahora lo extraño y pienso siempre."

Esta visita me hizo dar cuenta que al momento de formar parte de esta gran experiencia se tiene una gran crecimiento personal increíble, donde uno aprende a compartir con ellos, a recordar cantos infantiles, cuentos, música, con el sólo objetivo de hacer su día mejor y de hacerles sentir especiales, no por sus capacidades sino por sus habilidades y que sientan que son una bendición para todos los que tenemos la oportunidad de pasar por sus vidas.

Con sólo unas horas ahí, logré escuchar muchas historias que me conmovieron. Yo recomendaría a todas las personas que quieran ser parte de una experiencia enriquecedora, que participen de esto para valorar lo que se tiene en casa y que vengan a brindar lo poco o mucho que tengan para dar alegría y luz a otros, de seguro que no se arrepentirán.

¡Brindémosles sonrisas, amor, cariño y esperanzas!

 

Por: Brenda Jaramillo

Corresponsal

Academia Militar del Valle

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Author: Anonym
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Tags: niñosfundaciónAuspiciosHipoterapiaTerapia

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