Nuestra Joven Corresponsal de IBEC, Viviana Estrada, estudiante de la Unidad Educativa María Auxiliadora de Guayaquil, nos trae un interesante artículo acerca del maltrato infantil.
El maltrato infantil, es un fenómeno que aunque es combatido dentro del Ecuador y sobretodo en las principales ciudades, aún es frecuente en el país. La población menor de dieciocho años, es el 37.26% de los habitantes ecuatorianos, de los cuales aproximadamente la cuarta parte sufre maltrato.
El Observatorio de la Niñez y la Adolescencia (ODNA), decreta que una de sus principales causas, es la falta de cultura educativa dentro de los hogares.
Existen varias clases de maltrato infantil, entre los que constan el psicológico, físico, abuso sexual, explotación, negligencia, desamparo, riesgo y abandono.
Para los niños, las agresiones son golpes o heridas físicas, regaños, burlas, abandono e indiferencia; que no solo provienen de sus progenitores o miembros de la familia, sino también de sus profesores y compañeros.
Los castigos más frecuentes son los regaños, privación de gustos, indiferencia, encierro, burlas e insultos, que radican en un 54% aproximadamente más en los varones que en las mujeres. Sin embargo no están exentos de esta situación, ya que las diferencias culturales y sociales, influyen mucho en el comportamiento de los infantes, y por lo tanto en la manera formativa que se les brinde.
En la Amazonía son más frecuentes los castigos en las escuelas que en la Costa y Sierra, siendo por lo general los más pobres e indigentes, las principales víctimas de abusos físicos y psicológicos, sometiéndolos a la mendicidad o delincuencia.
A pesar de las constantes campañas para acarrear un cambio de conciencia en los padres de familia de cualquier índole social sobre la educación y el trato hacia los niños, la tendencia a recurrir a las agresiones violentas, no ha cambiado del todo, y prueba de ello son los resultados arrojados en el 2010 por el ODNA con apoyo de las organizaciones internacionales sobre la radiografía de la situación de los niños del país, que determina que aunque el trabajo infantil se redujo, al mismo tiempo se elevó al 42% el maltrato que sufren los niños.
Evidentemente, todavía no existe esa cultura en algunos padres de familia para corregir y educar a sus hijos de una manera apropiada sin recurrir a agresiones físicas o psicológicas que serán sin duda alguna, un trauma para ellos, y debilitarán su formación como seres humanos.
Es importante tener presente que los niños merecen recibir el amor, comprensión, aprecio, respeto y cariño; que cuentan con derechos al igual que cada uno de los demás miembros de la sociedad, y que por ende deben crecer y desarrollarse en un ambiente sano, sin maltrato y abusos que impidan el correcto desenvolvimiento del infante. Para finalizar, tener en cuenta que un niño golpeado y humillado, tiene grandes posibilidades de repetir la conducta con la que fue educado al momento de ser adulto, y que la falta de cariño hace que busquen afecto en lugares, situaciones negativas y equivocadas.