Nuestra Joven Corresponsal de IBEC, Tatiana Guaraca, estudiante del UESMA, nos trae un interesante artículo acerca de los ángeles.
El sábado, en la ciudad de Cuenca, se realizó “El Día de la Familia CEDIN DOWN". El evento tuvo lugar en un local muy prestigioso: “Caballo Campana”. Este acontecimiento fue muy emotivo y alegre para todos los presentes, quienes disfrutaron del programa y compartieron con los demás, sintiéndose aliviados al saber que no son los únicos que han pasado por una situación tan dura, que a la final se convirtió en un milagro y luz en sus vidas.
El Centro de Desarrollo Integral, es una institución que brinda atención especializada a personas con Síndrome de Down, su objetivo, estimular las capacidades de cada uno de los niños y niñas, aumentando su autoestima e identidad dentro de la sociedad, permitiéndoles desafiar el entorno y logar una efectiva inclusión, desenvolviéndose de manera independiente, creando esa condición de pertenencia a un país y por ende al motor productivo de la sociedad. Este proceso se sustenta a base de terapias, como: la estimulación temprana y la terapia familiar, aspectos de enorme importancia para la formación física y moral de las y los niños con capacidad especial.
Padres y Madres muy entusiastas participaron activamente en toda la programación, previamente coordinada por la institución, momentos que todos y todas lograron disfrutar en una fraterna jornada familiar, demostrando sentimientos sinceros de afecto, unión y amor, en especial a aquellos angelitos, que con ternura sonreían, reflejando en esa cálida sonrisa, el trabajo tesonero que las y los encargados del centro CEDIN DOWN lo realizan día a día. Entre las competencias se encontraban juegos tradicionales como los ensacados, armado de rompecabezas, carrera y elección del mejor coche de madera, resultando ganador el niño Luis César con su carrito de madera y cartón, circunstancia que demuestra y expresa humildad, creatividad y sobre todo el gran corazón que sus padres pusieron al crear el peculiar auto, pues ello implica una reflexión, que lo esencial no están en lo suntuoso, sino en las ganas y la voluntad de ser mejores seres humanos, porque desde la humildad se mira la grandeza de una persona, solo se necesita imaginación y amor.
Al conversar con uno de los padres de familia, expresa que la situación es difícil sin la colaboración externa. Varias veces se han rendido sin querer aceptarlo, pero pronto han reflexionado, que un niño o niña con Síndrome de Down, es un verdadero regalo de Dios, y aquellos que tienen la oportunidad de tenerlos son en verdad afortunados. Por ello se constituyen en una bendición para cada ser humano. Padres, no se den por vencidos y sigan adelante, que sus hijos serán siempre sus ángeles guardianes que los protegerán y amarán eternamente, porque no tienen odio en sus almas, perdonan incondicionalmente sin pedir nada a cambio. Es importante por ello cambiar la actitud negativa por una positiva, aprendiendo de ellos, una mejor noción de vida, que no es más que un largo camino con obstáculos, en la que el más valiente tropieza, pero se enaltece aún más cuando con fortaleza se levanta y mira más allá del horizonte de posibilidades. Porque:
“La vida es como la montaña rusa, tú decides si bajarte o disfrutar del viaje”
Dedico este artículo a mi primo Matías Guaraca y a sus padres, quienes tuvieron la valentía de afrontar esta situación con toda la calma; porque, se dieron cuenta de que la vida nos pone a prueba; pero tenemos que manejarla de la mejor forma posible. Dios los bendijo con un hijo maravilloso como Matías, la alegría del hogar; ángel que llegó hace dos años para llenarnos de felicidad; porque él es el puente que une y fortalece la familia.
