GESTIÓN SOCIAL

Septenario Eucarístico o Corpus Christi, una dulce tradición

Jóvenes Corresponsales by IBEC

Paula Villavicencio estudiante de la Unidad Educativa María Auxiliadora de Cuenca nos reporta como Joven Corresponsal de IBEC directamente desde Cuenca para darnos a conocer una de las más imporatnes tradiciones de la ciudad.  

Cuenca, es sin dudarlo una de las ciudades que ha conservado tradiciones intactas, como un legado de sus antepasados   y éstas sumadas a un cúmulo de costumbres como son las fiestas, las comidas típicas, la música, etc. conforman la identidad cuencana, un patrimonio que disfrutamos los nativos de esta extraordinaria tierra, así como también turistas nacionales o extranjeros que descubren las maravillas que posee este mágico rincón del Ecuador y que en muchos casos son para ellos vivencias irrepetibles e inolvidables.

Entre ellas están el Septenario Eucarístico o Corpus Christi, una fiesta de carácter tanto religioso como cultural, dedicada al culto del Cuerpo de Cristo o Santísimo Sacramento, en la que celebramos la presencia real de Jesucristo en el Sacramento; la cual renueva la fe y los corazones de todos los fieles que acuden a elogiarlo; que se celebra anualmente en mayo o junio dependiendo del calendario eclesiástico.

Sin embargo, esta fiesta, no es majestuosa únicamente en el sentido religioso, sino también en lo cultural, pues en los alrededores de la Catedral es posible encontrar numerosos puestos con una gran variedad de dulces,  elaborados por las manos de artesanos que desean entregar a todas las personas que acudan, un pequeño pedazo de su tierra en su más dulce expresión.

Pero además esta fiesta se llena de colores y luces todas las noches, con la quema de castillos, juegos pirotécnicos y los globos que suben cargados de anhelos y se pierden en el espacio. Los castillos, no obstante, se llevan la mayor atracción, pues constituyen una mezcla de juegos pirotécnicos y destellas que dan alegría y resplandor a la noche.

Rememorando la historia cuencana, sabemos que esta fiesta se instaló en la ciudad con la llegada de los españoles, aunque en el transcurso del tiempo ha soportado modificaciones tanto en la forma de celebrarlo, como en la gastronomía.

Experimentar esta  tradición, es para turistas y gente local, algo extraordinario, pues se combina perfectamente la gastronomía, con la religiosidad que envuelve a la Cuenca de todos los tiempos. Como también es una muestra de la manera en la que antiguas generaciones han transmitido sus conocimientos a las actuales, para la elaboración de los dulces, que tienen ese sabor especial,  que los caracteriza y los hace únicos en el mundo.

Es de esta manera como sesenta días después del domingo de resurrección Cuenca toma vida cultural y religiosa, su ambiente se vuelve dulce y los alrededores del Parque Calderón coloridos por los bocadillos y las noches de pirotecnia durante siete días.


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Author: Anonym
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