GESTIÓN SOCIAL

La mano sucia de Chevron y el día mundial Antichevron

El  Gobierno ecuatoriano unió esfuerzos con diferentes grupos de activistas para organizar el llamado “Día Mundial Antichevron”

El día 21 de mayo de 2014 se realizaron plantones en varios países bajo el lema: “Día Mundial AntiChevron”, para apoyar la campaña ambiental que lleva adelante el gobierno ecuatoriano, denominada “LA MANO SUCIA DE CHEVRON”.

Según el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, hay documentos elaborados por los propios peritos de Chevron, que  certifican que el daño ambiental –hasta diez veces superior a lo permitido– era ampliamente conocido por directivos de la transnacional. El presidente Correa manifiesta que la existencia de estos documentos es “una prueba irrefutable” que sería utilizada en un eventual juicio.  Asimismo indicó que los ex funcionarios que suscribieron el acta de finiquito, donde se aceptaba que todo estaba remediado, “tienen que dar explicaciones ante la historia”.

Antecedentes:

La compañía Texaco, adquirida posteriormente por Chevron, operó cinco pozos petrolíferos de la Amazonía ecuatoriana entre 1964 y 1990, dejando un legado funesto de contaminación y devastación en la región amazónica del Ecuador. Por falta de control de las autoridades energéticas de aquella época, los trabajos de explotación fueron hechos sin observar las mínimas normas de cuidado ambiental, y como consecuencia se dejaron una gran cantidad de piscinas de aguas de formación mezcladas con residuos de hidrocarburos, que nunca fueron remediadas y que, por efecto de las lluvias, se dispersaron a extensas zonas de la amazonia ecuatoriana.

Esta terrible contaminación, a más del irreparable daño ambiental, ha producido a través de los años infinidad de casos de distintos tipos de cáncer y un gran número de muertes, pues los habitantes de esa zona, la mayoría pueblos indígenas originarios, fueron engañados por funcionarios de esta empresa y utilizaban el agua contaminada para todas sus necesidades, incluso para cocinar. Se ha comprobado que al menos dos grupos étnicos indígenas desaparecieron por completo debido a la contaminación dejada por Chevron-Texaco.

Los pueblos afectados únicamente quieren que la empresa que tanto daño les causara, reconozca el mal que hizo y pague por la remediación. Sin embargo, Chevron-Texaco no reconoce sus acciones devastadoras y se niega a pagar los 9.500 millones de dólares que una Corte de Justicia le sentenció, después de un largo juicio.

El caso de Chevron-Texaco es reconocido como el mayor daño ambiental, incluso más grande que el de Exxon Valdéz y otros similares.  Ningún dinero podría remediar el daño que ha sido causado a esa zona y a sus habitantes, cualquier remediación que se realice, jamás le devolverá la vida a los pueblos desaparecidos, ni conseguirá que las tierras, los ríos, la flora y fauna de esa rica zona vuelvan a ser lo eran.

Chevron-Texaco merece un repudio mundial por sus actividades en contra de la humanidad, todos los países deberían sabotear a esta empresa y nunca comprar sus productos, pues solo una sanción económica le puede afectar a esta transnacional cuyo fin último es el lucro sin límites, aun a costa de la vida de seres humanos indefensos y de la devastación de la naturaleza.

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Author: Editor
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