Hoy en día existe mucha problemática referente a los adolescentes; principalmente porque se encuentran dentro de una etapa de muchos cambios tanto físicos como emocionales y el ambiente que los rodea influye mucho en ellos; en esta etapa definimos nuestro carácter y nos enfrentamos a nuevas experiencias inesperadas en nuestras vidas. Afrontamos problemas que creemos muy duros y empezamos a formarnos para ser personas útiles e independientes en un futuro muy cercano.
Los primeros cambios que se dan al ingresar a la adolescencia son físicos; se desarrolla nuestro cuerpo; tanto interno como externo, cambia nuestra apariencia, nuestra voz, ganamos tono muscular, cambia nuestra apariencia en general, de ahí en adelante hemos de presenciar muchos otros de los cambios hasta llegar a la adultez.
Generalmente los adolescentes al ingresar en esta etapa empezamos a cambiar mucho a nivel emocional; nos volvemos más sensibles o más fuertes; decididos o inseguros, introvertidos o extrovertidos y consolidamos nuestra personalidad, aprendemos a definir nuestro carácter. Nos resulta algo dificultoso desenvolvernos en un nuevo ambiente, convivir con nuevas personas y adaptarnos a nuestro medio, entramos en un conflicto interior que nos hace creer que somos dueños de la razón y de nuestras vidas. Nos creemos independientes y autosuficientes, pensamos que podríamos prescindir del resto. E incluso llegamos a pensar que el mundo entero nos odia y que nuestros padres son incapaces de entendernos, no nos damos cuenta de la realidad de las cosas; vivimos envueltos en un mundo paralelo donde no logramos ver los problemas que ocurren a nuestro alrededor ni las situaciones que pudieran afectar a los que nos rodean.
También conocemos y empezamos a congeniar con personas del sexo puesto, entramos en relaciones personales y cuando las cosas no salen como en el cuento de hadas que habíamos dibujado sufrimos desilusiones; en esta etapa llegamos a sentirnos fácilmente decepcionados, confundidos e incluso perdidos, no encontramos nuestro lugar en el mundo sentimos que no encajamos; vemos a nuestros padres como enemigos y nos sentimos incomprendidos, buscamos refugio en falsas amistades y hasta en vicios y malos actos; cambiamos de ánimo rápidamente y llegamos a imaginar que quien nos está haciendo daño es nuestro amigo, somos incapaces de abrir los ojos y de tomar las responsabilidades que debemos; sentimos que nos presionan y que si nos regañan o nos ponen límites simplemente no nos quieren, no nos damos cuenta de que nuestros padres solo intentan cuidarnos y disciplinarnos.
Realmente esta etapa es conflictiva emocionalmente para nosotros es cuando más necesitamos a nuestros padres; de su guía, su apoyo, su comprensión, sus consejos y principalmente su cariño; ya que todos estos cambios que empezamos a experimentar nos vuelven vulnerables y podemos perdernos del camino del bien es por esto que hay tantos adolescentes en manos de vicios como la droga, el alcohol y el tabaco.
Nosotros deseamos que nuestro espacio se respete que nos den la privacidad que merecemos que muestren respeto y consideración hacia nosotros y nuestros objetos personales, que nos den confianza y un poco de libertad, necesitamos sentirnos seguros y valorados. Solo es con la ayuda de nuestra familia que llegaremos a formarnos correctamente y a ser adolescentes buenos y felices.